jueves, 11 de noviembre de 2010

Ventanas de Manhattan


Este verano decidimos hacer el “viaje”, es decir, nos inclinamos por ese destino al que siempre se quiere ir, pero que, por una cosa o por otra, vas dejando para más tarde porque tienes que invertir mucho dinero en su planificación o porque para hacerlo necesitas más días de los que normalmente le dedicas a este tipo de viajes. Así que nos lanzamos al vacío y en julio embarcamos rumbo a Nueva York.

Las expectativas eran muy altas, ya que mi chica y yo, como buenos cinéfilos que somos, teníamos una buena lista de referencias a sitios que debíamos visitar de manera casi obligada y, sobre todo ella, contaba con un montón de recorridos obtenidos de libros y consultas en Internet con el fin de optimizar al máximo la estancia en cada uno de los días que íbamos a estar allí. Pues bien, todo, Manhattan, Brooklyn, Coney Island, Central Park, los puentes, los paseos, los museos, la gente, la comida, los mercados, los sitios que una vez vimos en las palículas… todo, superó nuestras expectativas, y aunque aprovechamos al máximo el tiempo, cuando regresamos nos pareció haber vivido un sueño.

Pues bien, gracias a Ventanas de Manhattan, unos meses más tarde, revivimos de nuevo el viaje con un gran entusiasmo e, incluso, lo ampliamos. Puesto que su riquísima prosa muestra la misma fascinación por la experiencia de recorrer Manhattan que nosotros vivimos durante nuestro viaje: espacios majestuosos; edificios gigantes llenos de historia; rincones llenos de magia; el jazz, el cine, la literatura… el arte; los barrios multiétnicos; el glamour de los neones y la multitud; las vistas infinitas… Todo esto y más es lo que van incluyendo Antonio Muñoz Molina en su recorrido, manteniendo al lector totalmente hipnotizado con su escritura y su contagiosa intelectualidad, que hace disfrutar de cada uno de los momentos en que el autor se detiene a vivir un libro, una pintura, una escultura, una pieza musical…

Ventanas de Manhattan es la experiencia literaria, intelectual y vital de uno de los grandes de las letras hispánicas. Tan sencilla de compartir que uno puede creer que es suya.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cosas que los nietos deberían saber


Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un libro como lo he hecho con Cosas que los nietos deberían saber. No obstante, he de decir que, aunque nunca he sido demasiado seguidor de Mr. E, pseudónimo bajo el que se esconde el Mark Oliver Everett, ni de los Eels, este libro ha despertado de forma inmediata en mí una devoción absoluta por este señor y sobre todo por su música (especialmente por sus letras).

Cosas que los nietos deberían saber es lo que debería ser cualquier autobiografía o, maticemos, cualquier autobiografía de una persona con un mínimo de sentido común o sentido del humor, es decir, una que simplemente merezca la pena leer. Y es que si Mark Oliver Everett es irónico y divertido contando su vida, no es porque ésta haya sido un camino de rosas o un sinfín de aventuras cómicas precisamente (aunque haya unas cuantas de éstas bastante buenas), es justamente por lo contrario, ya que podríamos entender este libro como la rehabilitación psicológica que el artista ha necesitado realizar para enfrentarse de algún modo a todas esas coces y reveses que da la vida, en este caso de manera bastante recurrente.

Lo que ha acontecido en su vida, su lucha por realizarse como músico y compositor, la ubicación de cada uno de sus discos o canciones dentro de un periodo concreto de su vida, lo que le ha hecho convertirse en la persona/personaje que es hoy día y, por tanto, lo que nos va a ayudar a conocerle mejor y a quererle como lo que es, todo eso está en este genial libro, escrito con mucha fluidez y acierto.

¡Qué nadie se lo pierda!