Compre dos libros de Alpha Decay, No voy a salir de aquí de Micah P. Hinson e Hilo musical de Miqui Otero, entusiasmado por adentrarme en el catálogo de una editorial que no solo había publicado los libros de estos dos autores para mí tan significativos, sino que además cuenta con otros tan interesantes como Antonio Luque o Jack Green (cuyos títulos acabaré reseñando aquí tarde o temprano).
Tras la desilusión que supuso la novela de Micah P. Hinson, me embarqué en la lectura de Hilo musical con ciertos recelos. No obstante, al poco de comenzar el libro, descubres que la prosa de Otero tiene un toque muy personal, que seguro que desquiciará a algunos lectores y a otros los atrapará, así como la historia o los personajes que en ella intervienen. Pues bien, yo desde luego me sitúo entre los más aguerridos seguidores de la obra, por muchas razones, por el curioso universo que refleja, el humor con el que describe esta historia de frikis y losers, donde existe esperanza de un mundo mejor para los más tristones, por su habilidad para hacer que su, en ocasiones, enmarañada forma de escribir hipnotice desde el principio al lector para que devore su novela casi sin parpadear, y por último, por el soplo de aire fresco que supone descubrir a un escritor con un universo tan peculiar y fascinante que mostrar. Y ya no cuento más porque no quiero reventarle a nadie este libro, para bien o para mal.
Si lo compras y te gusta, estarás encantado, si no te gusta, qué le vamos a hacer, tú te lo pierdes…
Ojalá que su próxima novela me deje tan perplejo como ésta.