miércoles, 8 de junio de 2011

León de ojos verdes


Sé que se suele decir a menudo, pero hay demasiado que leer y muy poco tiempo para hacerlo. Me vienen estas palabras a la cabeza porque Manuel Vicent es un escritor que me gusta mucho, lo que voy leyendo de él siempre me engancha y cuando acabo una novela siempre pienso en continuar con otra, pero finalmente siempre acabo decantándome por leer algo de otro escritor, no sé quizá por no concentrar todo mi tiempo al mismo autor y hacer algún tipo de justicia literaria absurda que muchas veces me conduce a leer cosas totalmente prescindibles. El caso es que Vicent nunca me decepciona y quizá solo por eso, debería ponerme con su obra con mucha más frecuencia de la que lo hago.

Esta pequeña novela llegó a mis manos casi por azar, alguien no la quería, así sin haberla leído, y yo que no digo nunca “no” a un libro… Así que, tras leer Sunset Park, me apetecía que la próxima lectura fuera de un escritor nacional y me decidí por esta genial historia, que ensarta a su vez otras cuantas historias, que surgen de un joven novelista que aprovecha su apaciguada estancia en un hotel playero para tejer un montón de cuentos en torno a los personajes que conoce en el pueblo: el de la cocinera María (el más conmovedor), el del conde, el del coronel Morata, el de la chica tullida…

El joven escritor funciona como engranaje perfecto para encadenar las historias que se suceden casi por azar en la cabeza de su protagonista, cada una de estas sirve de excusa para profundizar en un personaje y conocer mejor cuál es su situación en el pueblo y porqué. Manuel Vicent aprovecha estas pequeñas historias para mostrarse tierno con algunos de sus protagonistas e implacable con otros que representan algún tipo de denuncia social o histórica.

En cualquier caso, no detallo más cosas del libro y os recomiendo encarecidamente su lectura. No es una obra maestra, pero sin duda merece la pena, además se lee en un abrir y cerrar de ojos.


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