martes, 8 de junio de 2010

El mago descalzo



¡Qué maravilla! Una vez más el “mago” Luis Durán ha logrado hechizarme con una de sus celebradas novelas gráficas. Tras leer El mago descalzo no cuesta en absoluto entender porqué la publicación de cada libro de Durán es todo un acontecimiento para los amantes del cómic, pues en cada una de sus obras el autor consigue crear un universo propio lleno de magia, imaginación y poesía.

Con su personal estilo de trazado picassiano, Durán nos cuenta la historia de Adrián, joven escultor, que establece un lazo con el mundo mágico al encontrar el zapato desgastado de un duende. Este personaje servirá de excusa para adentrarnos en otras historia interrelacionadas, como la de sus amigos Nicolás o Circe, la de su padre o la del párroco de su pueblo… Todo ocurre en un escenario humilde, pero a la vez misterioso y suntuoso, gracias al gran ingenio de Durán y a su inconfundible interpretación del contexto en que ocurren todas las cosas.

Viñetas solemnes, a veces barrocas y a veces minimalistas, historia con matices religiosos que se confunden con lo mágico, personajes que juegan en el abismo que hay entre la realidad y la imaginación, todo esto sólo lo puede conseguir un autor de la talla de Durán sin acabar conduciendo al lector al desconcierto o a la incoherencia.

¡Bravo!

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